Fragmentos

Bombardeos en el cielo de Granollers

Ramon Abad Belando

 

«Colgaba del brazo una bolsa para guardar el pan y en su bolsillo llevaba la cartilla de racionamiento que algunos, que ya tenemos canas, compartimos cuando éramos pequeños hasta bien entrada la década de los años cincuenta. A las 9.05 hora republicana, se oyó ronroneo de motores. La niña se detuvo y miró al cielo.»

El Coronel Puig y sus hermanos

Manuel Valdés Puig

 

Se debió pasar la noche en vela, reflexionando sobre lo que le había pasado y sobre cómo debía actuar. En un lado de la balanza, el peso de su sentido del honor, su amor a la patria, su temor a un consejo de guerra con la probabilidad de la deshonra y de ser acusado de cobardía en tiempos de guerra y, en el otro lado, sobre todo, su familia, su querida esposa y sus hijos. 

Así entendí lo que me contaron

José Ramón Roca Costa

 

La crueldad de la guerra hizo que mi padre, “el papa”, nunca reconociera haber matado a nadie. Éramos muy pequeños, mi hermano y yo, para asumir que nuestro padre había matado a otras personas. Pero estaba claro, su cometido era disparar y lanzar granadas al enemigo desde las trincheras de la primera línea de fuego. 

Amarga almendra

Rosa Mirambell

 

Uno de ellos se enamoró de Pilar; jugándose la vida, algunas noches, llamaba a la puerta de atrás y nos traía café, azúcar o algo de aceite. Los jóvenes no comprendían muy bien lo que ocurría; la guerra se instaló en muchas conciencias, dando paso a los odios y emociones personales. Aquel amor juvenil nos sacó bastante de penas. 

Venturas, aventuras y desventuras de mi árbol genealógico familiar

Juan Maria Vidal Tió

 

Explicaba la anécdota de que un día la fueron a ver unos miembros del comité de personal de la empresa donde trabajaba, que eran de la CNT-FAI y le dijeron «Señorita, ¿nos podría dibujar la bandera?». 

Jo també vinc d’un silenci

Fina Jonch Sampere

 

Ras i curt, el meu pare, mentre escrivia sobre aquells anys de guerra, va poder reviure’ls i, molt probablement, el van ajudar a canviar, descansar i potser, fins i tot, a transformar coses del present.

El tiro en la plaza

Modesto José Varas Lorenzo

 

«Mi padre, de todos estos sucesos, me habló poco, pero transmitió en todo momento integridad, lealtad, bondad y pacifismo. Jamás le oí una palabra contra nadie ni manifestó actitudes de odio.» 

La guerra civil española y las cabezas de pescado frito

Sergi Mor González

 

A las 22.30, el último bombardeo del día los despertó a todos. Se sentaron en el borde de la cama, escuchando las explosiones cada vez más cercanas. Cuando todo acabó se volvieron a acostar resignados, a la espera del nuevo día. 

Anécdotas de una triste época

Juan Antonio Ginestà Armengol

 

Muchos fuimos los que nos acercamos allí a ver el espectáculo. Estaba cerca de casa y éramos curiosos. En aquellos tiempos la gente salía a la calle para ver las cosas, pues no había televisión y, si querías ver, tenías que andar. 

El Sol de Madrid

Xavier Jiménez Prunera

 

Curiosamente, de aquel funesto año y pico de cautiverio por tierras castellanas, mi abuelo solo quería o podía recordar el sol de Madrid. Siempre decía que el sol de Madrid era diferente. Más espléndido, nítido y radiante que el de Cataluña. 

1936-1941

José Luis Ribó Aristizabal

 

Pese a no conocer detalles de las vicisitudes de nuestro padre en el combate, y de explicar tan solo la historia de su estancia en Navarra, noviazgo con nuestra madre incluido, no éramos, obviamente, ajenos a lo que supuso la guerra. Sabíamos de los horrores de esta. 

Memorial de voces ocultas
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